Hoy es uno de los domingos más "marianos" del Año Litúrgico. Nuestra atención debe centrarse en unos de los mensajes que anuncian que el Hijo de Dios toma carne del y en el seno de una virgen.
Todo tiene una gran dimensión cristológica: Isabel, que simboliza la humanidad anciana (sin esperanza de futuro) y esteril (sin salvación por si misma), y Juan, que simboliza a Israel fiel, oculto (aún no ha nacido) pero sensible a las promesas de Dios (salta de júbilo al presentir al Mesías), confiesan ambos a Jesús como Señor.
Isabel concluye con una bienaventuranza: María es Madre por su fe y con su obediencia trae la salvación a todo el género humano. Los anuncios hechos por Dios a María, por extraños que parezcan, se cumplirán.
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